Si visitáis esta bitácora, hay muchas probabilidades de que os interese todo lo relativo a la traducción literaria y, en concreto, la traducción de poesía. De eso más o menos, del estado de la traducción poética en España, trata el último número (monográfico) de la revista Ínsula, coordinado por uno de nuestros mejores poetas e hispanistas, nada menos que José María Micó. En él se dan cita trabajos de poetas y críticos tan prestigiosos como Andrés Sánchez Robayna, Pilar González Bedate, Aurora Luque, José Francisco Ruiz Casanova, Luis Martínez de Merlo, Miguel Gallego Roca o el propio Micó, entre otros. La nómina es intachable y asegura un alto nivel crítico. Según el índice, parece que hay una saludable alianza de reflexiones teóricas con análisis más concretos y detallados. En fin, si queréis averiguar más cosas sobre este último número de Ínsula, os invito a pinchar aquí,
donde, además, encontraréis información sobre cómo adquirirlo. Y es que comprar determinadas revistas culturales se está haciendo cada vez más difícil: ya son muchas las librerías literarias que han comenzado a abdicar de su responsabilidad y no «trabajan», como se dice en el gremio, estas revistas. Ocupan mucho espacio y se venden mal, al parecer. La razón es demasiado simple y habrá que entenderla en relación con otras. ¿Cómo se explica, si no, que El Ciervo sólo se pueda adquirir en Madrid en Paradox o en alguna librería paulina? ¿O que en la mayoría de los quioscos de esta ciudad preguntar por una revista cultural despierte una mirada de franca indiferencia en el dependiente? Pero el tema es demasiado vasto y nos llevaría por vericuetos muy complejos. Otro día, quizá.
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