domingo, enero 04, 2009

cuarto de juegos

Sacábamos los juguetes del armario y nos tirábamos sobre la alfombra: piezas de madera y plástico para armar, muñecos a los que les faltaba un brazo o una pierna, coches vagamente despintados que hacían toda clase de piruetas en nuestras manos antes de chocar con estruendo. Podíamos estar horas absortos, sin necesidad de nadie. El pasillo a nuestra espalda, haciéndonos compañía con su amenaza latente. El reflejo del patio de vecinos en los cristales de la ventana. Los ojos habituándose a la oscuridad gradual hasta que algún adulto encendía la luz sin permiso. Un poco el ensayo general de la vida.

4 comentarios:

  1. Y jugábamos hasta que ese adulto que nos encendió la luz, sin permiso nuevamente, llegaba y nos decía que era hora de dormir, que al día siguiente había clases...

    Un abrazo.

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  2. Pero queríamos seguir jugando,
    ¿Por qué ya no están los juguetes?
    ¿Por qué ahora...estamos sólos?
    Somos niños aún...

    (No lo dudeis
    ni lo más mínimo).

    Un saludo Jordi.

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  3. Seguimos jugando, sin duda. Si no, ¿qué haríamos escribiendo estas líneas? Gracias por vuestra visita y vuestra compañía. Un placer. Abrazo, J12

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  4. Así decían en la peli " El reino de los Cielos"..."¿Qué es lo que separa a un hombre y a una mujer en Oriente???

    Sólo la luz.

    "Noruego de los Bosques", te lo propongo como título de este cuaderno de Bitácora.

    Escucharé el programa de radio.

    K:))

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