viernes, enero 16, 2009

nieve 3


Las huellas que dejaste
aquella tarde
sobre la nieve primeriza
siguen frescas aún
en esta página.



(c) Tomo.Yun

7 comentarios:

  1. Porque la página puede salvar el momento.

    ResponderEliminar
  2. Lástima que después de la nieve sólo quede la sal.

    ResponderEliminar
  3. la página lo salva porque lo guarda, lo preserva.

    ResponderEliminar
  4. Me han parecido muy hermosos tus textos sobre la nieve... hermosos y precisos. Me gustó también mucho el texto del día de Reyes, en el que sorprendetemente también reconocí al niño que (quién lo dijera) yo fui.
    Me he apuntado la cita de S. Heaney (cruzo desde ahora mismo los dedos para no perdérmela).
    Por cierto, me habéis dado envidia y me he abierto un blog (aunque no creo que tenga tu paciencia y tu constancia para tenerlo actualizado):
    http://poesiaintemperie.blogspot.com

    ResponderEliminar
  5. Gracias, José Luis, y bienvenido. Bienvenido también a esta hermandad infinita de las bitácoras... Podría estar uno perdido días enteros saltando de página en página, pero la tuya la visitaré a menudo, desde luego: para empezar, me encanta el título. Casi una redundancia, porque si la poesía no es intemperie, ¿qué puede ser?

    Nos vemos más temprano que tarde, espero. Abrazo. J12

    ResponderEliminar
  6. Interesante lo que se puede leer por aquí, sí señor.
    Saludos Jordi.

    ResponderEliminar
  7. Gracias, Nacho, y buena suerte con vuestros caínes... Saludos, J12

    ResponderEliminar