Qué mal comprendemos a veces a quienes nos rodean, creyendo que no nos comprenden.
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No le importaba vivir solo, pero en casas que los demás hubieran acostumbrado previamente a la soledad.
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Aún estoy por hacer, sigo en manos del tiempo, las herencias y azares que hay en mí no terminan de quedar a su gusto.
la
ResponderEliminarHola, Anónimo, creo que tu comentario ha venido cortado o algo así. Saludos, J12
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