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Su integridad se basa en todo aquello que le falta, que nunca será parte de él.
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Rostros que sobresalen como máscaras funerarias sobre un gran charco de sangre.
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El mundo es el reino de los nombres. Nosotros cuidamos los adjetivos; están en nosotros como rebaños.
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Un libro es lo que hacemos a fuerza de tropezar muchas veces en la misma piedra.
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No sé quién eres. Estoy contigo a todas horas y apenas logro comprenderte. Me voy conociendo gracias a mi ignorancia de ti.
Hola amigo. Imagino que ya de vuelta de vacaciones. Espero que hayan sido estupendas. Yo estoy también en Madrid. Tenemos pendientes un par de cañas. Un abrazo fuerte
ResponderEliminarFantásticas seis.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención la sincronía de la "dos": hoy escribía una frase de Simone de Beauvoir que dice, poco más o menos: "Pongo mi orgullo en todo lo que no hago". Ahora leo la integridad debida a la ausencia, y me pregunto si nuestras faltas no serán de nuestras mejores virtudes.
Me ha encantado la imagen de que cuidamos de los adjetivos, como un rebaño amable y dócil (aunque siempre corre el riesgo de escapar y hacer lo que se le venga en gana). Leerte seguro que es un alimento incomparable para ellos...
Un abrazo.
Descubrí su blog y he decidido invitarles a que visiten el mío.
ResponderEliminarEscribo, o lo intento, y me apetece ofrecerles un paseo por mis ideas.
Espero sus comentarios y críticas.
Nos leemos
No estoy en Madrid, Óscar, lo siento. Todavía me quedan algunos días de descanso por delante. Tan pronto vuelva te aviso.
ResponderEliminarGracias por la cita de la Beauvoir, Susana. No la conocía, pero es verdad que tiene mucho que ver con mi "hormiga". En realidad es la misma idea. Y gracias por tus cariñosas palabras, nunca sabré si las merezco pero me confortan mucho. Abrazo, j12