Leonard Cohen vino ayer a Madrid, por fin. Un concierto de tres horas y cuarto, generoso y pletórico, lleno de matices y pequeños reconocimientos. Nos costó dejar nuestro sitio, quitar los ojos del escenario mientras los operarios comenzaban a retirar instrumentos y cables.
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Estábamos ya en la calle, sudorosos y alegres, tratando de escapar de la multitud y encontrar el camino a casa, cuando vi en el suelo, cerca de un portal mal iluminado, un pequeño cuaderno de pastas negras. Miré a mi alrededor, pero nadie parecía reparar en él. Me agaché a recogerlo. Al abrirlo por las primeras páginas, descubrí estos pocos versos que alguien había escrito en diagonal con letra cuidadosa y apretada. Cuatro poemas muy breves, casi ráfagas.
VERANO: HAIKU
Silencio
y otro silencio aun más profundo
cuando los grillos
dudan
PUES LO POSEO TODO
Te preocupa que pueda dejarte.
No te dejaré.
Sólo los extraños viajan.
Dueño de todas las cosas,
no tengo adónde ir.
EL AMOR ES UN FUEGO
El amor es un fuego
Quema a todo el mundo
Desfigura a todo el mundo
Es la excusa que tiene el mundo
para ser feo
ALGUIEN QUE COME CARNE
Alguien que come carne
quiere hincar sus dientes en algo
Alguien que no come carne
quiere hincar sus dientes en otra cosa
Si por un momento
todo esto te interesa
estás perdido
Silencio
y otro silencio aun más profundo
cuando los grillos
dudan
PUES LO POSEO TODO
Te preocupa que pueda dejarte.
No te dejaré.
Sólo los extraños viajan.
Dueño de todas las cosas,
no tengo adónde ir.
EL AMOR ES UN FUEGO
El amor es un fuego
Quema a todo el mundo
Desfigura a todo el mundo
Es la excusa que tiene el mundo
para ser feo
ALGUIEN QUE COME CARNE
Alguien que come carne
quiere hincar sus dientes en algo
Alguien que no come carne
quiere hincar sus dientes en otra cosa
Si por un momento
todo esto te interesa
estás perdido
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Trad. J.D.
Estoy de acuerdo contigo. Fue un concierto memorable. Sólo lamento no habernos visto por allí...
ResponderEliminarPues yo también estuve y coincido en la grandeza e intensidad del momento. No tuve la suerte, Jordi, de "encontrar" manuscritos, pero sí volví a mi ejemplar de «La energía de los esclavos» (Visor, trad. de Antonio Resines) y pude comprobar, por la fecha anotada en su primera página (septiembre de 1977), que hace más de 30 años que los susurros armoniosos y cargados de sentidos y la inteligente poesía del irrepetible caballero zen me acompañan, en un interminable viaje entre la cabeza y el corazón. Fue un "concierto total", una experiencia no sé si religiosa, mística o solo de fervor sensitivo (pesa el equívoco de algunas palabras), pero sin duda de rara perfección y que seguirá creciendo en mi memoria.
ResponderEliminarBuscad en youtube un vídeo de Johnny Cash cantando "Bird on a Wire"... Abrazo, J12
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