lunes, septiembre 28, 2009

en el parque 10

Suena el primer trueno, un bramido potente, como venido de muy atrás, y un segundo más tarde el aire se opaca y una ráfaga de viento barre las hojas con su largo brazo invisible. La tarde gira de pronto sobre sí misma para ser su sombra. Un tiempo en germen, un paréntesis abierto. Y aquí seguimos, inquietos, a la espera, como si sólo las primeras gotas, el fardo pesado y lento del aguacero, fueran capaces de completarnos.

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