No te engañes. La mejor prueba de que existen es que nos obligan a hacer como si no existieran.
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Se injuria y se mortifica públicamente, sí, pero como quien acuchilla el suelo de madera de su yo antes que los demás vengan a extender sus barnices, sus reparaciones.
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Su corazón, como un inmueble desastrado cuyos inquilinos apenas se cruzan en el hueco de la escalera.
¡Qué corazón más visual! Y desastrado!
ResponderEliminarUn saludo
Buenos, buenos. El 2º me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Leonardo, José Antonio, me alegra saber que os gustan. Saludos, J12
ResponderEliminarEn el juego del mismo nombre había que pensar: estos textos dan que pensar. Y mucho.
ResponderEliminarComo siempre, Jordi, un acierto (bueno, tres).
Abrazos.
Vaya... En el segundo me he visto reflejado. A mí o al adolescente problemático que fui.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un saludo.
D.
El del centro lo había escuchado en versión mexicana con la expresión "Te tiras al suelo para que te levanten",y otra variante,"No te azotes que hay vidrios".
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