miércoles, mayo 25, 2011

molde

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Esa variante vampírica del narcisismo que busca en el rostro amado, no el doble o reflejo del propio, sino su complementario. Que no lo busca, mejor dicho, sino que trata por todos los medios de moldearlo con ayuda del tiempo. Se rebela y se asusta cuando ese mismo tiempo, afincado en sus privilegios de cómplice, lo fulmina o lo aparta de su lado: de pronto, todo ese vacío es el vaciado de su rostro, la carcasa del muerto que ha comenzado a ser.
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3 comentarios:

  1. Me ha pasado con este texto como me ocurre con los mejores poemas. Me ponen delante de los ojos algo que yo tal vez había pensado pero que nunca hubiese acertado a nombrar así, con una rara exactitud que tiene algo de foco preciso y, a la vez, de sugerente niebla. Es extraño sentir que un texto te conoce. Justo es reconocerlo.
    Enhorabuena.

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  2. Gracias, Olga. Tenía "nostalgia armada" y hasta "perpleja" de tu presencia aquí. Saludos, J12

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