Todos
hemos sentido alguna vez la tentación de la caída, la voz seductora de esa
brecha que rodeamos con prudencia, los ojos nublados, hasta hacernos dudar
peligrosamente sobre el caldero de nosotros mismos. Pero nadie, la verdad, ha
descrito esa grieta con la coquetería y la gracia de Emily Dickinson...
#1691
Volcanes hay en Sicilia
y también en Sudamérica
lo leo en mi Geografía –
y Volcanes más cercanos
a un solo paso de Lava
si me inclinara por darlo –
un Cráter podría ver
el Vesubio mismo en Casa
trad. J. D.
el original, aquí.
Es hermoso.
ResponderEliminarPara los griegos, en la Teogonía, el origen de todo es Chaos; de Caos, la Grieta, la hendidura. Ya dijo Colinas aquello de "nos comunicamos por la herida". Por eso se llamó étnicos a todos los pueblos diferentes al griego, ya que se creía que todos procedían del volcán Etna, donde situaban la entrada y salida del Hades.
Estupendo artículo, Sr. Doce, magmático, muy actual. La señora Dickinson es un regalo, en cualquier caso.
Salud
Un poema genial. No sobra ni una coma. Con tu permiso, lo comparto. Un saludo.
ResponderEliminarvamos, ni una palabra, que comas no hay... Gracias por compartirlo. Otro saludo
ResponderEliminarAsí es.
ResponderEliminarQué maravilla.
ResponderEliminarSaludos
Absolutamente fantástico
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