Haritz Guisasola |
Quienes visiten esta bitácora recordarán la existencia de un puñado de poemas breves que han ido apareciendo a intervalos bajo el título –tal vez algo pedante– de Monósticos. Se trata de los picos visibles de una serie de 21 poemas que se gestó en dos tiempos (octubre de 2011 y febrero de este año) y que ahora ve la luz en un libro de artista que, bajo el amparo del Centro de Arte Moderno de Madrid, he tenido la fortuna de realizar en colaboración con el pintor y dibujante Haritz Guisasola. Todo se ha hecho con cierta rapidez pero también con mucho rigor y entusiasmo gracias al esfuerzo de Haritz y del editor Claudio Míguez (y a la mediación de, por lo menos, dos estupendos amigos: el galerista Luis Burgos y el poeta y editor Juan Soros). El resultado se presentará este próximo miércoles 24 en la sala del CAM (Galileo, 62) y estáis todos invitados.
Escribí Monósticos, como he dicho, en dos tiempos, y siempre en las
primeras horas del día, recién despierto. Quizá de ahí provenga la atmósfera
algo sonámbula del conjunto, como si no hubiera logrado desprenderme del todo
de las nieblas del sueño. Ese ha sido, quizá, el gran reto de Haritz, del que
salido triunfante: dar cuerpo y volumen a una escritura muy poco figurativa, que
avanza casi por contagio o adivinación. Creo que nunca he escrito una poesía tan
nebulosa y con menos soluciones de continuidad. El estilo de Haritz en estos
dibujos (de los que doy aquí dos ejemplos) evidencia su talento para estar
cerca de lo real sin ser realista, para trazar figuras y volúmenes sin dejar en
todo momento de sugerir o abrir incluso una puerta hacia el enigma.
Haritz Guisasola |
El otro desafío era, desde luego, el tener que responder a una obra ya escrita y cerrada. Esta colaboración no ha sido un diálogo de ida y vuelta, sino que los dibujos han surgido de la lectura de los poemas y tratan de habitar sus resquicios, los espacios en blanco, sin perder por ello presencia o autonomía. El trabajo de Haritz se basta y se sobra por sí solo. Al mismo tiempo, convive a la perfección con estos 21 «monósticos» y hace que este libro sea una realidad mayor que la suma de sus partes.
En dos años he tenido la suerte
de colaborar con tres artistas muy distintos entre sí: Melquiades Álvarez,
Javier Pagola y, ahora, Haritz Guisasola, con resultados igualmente variados.
Hechas las cuentas, ninguna otra colaboración me ha deparado tantas alegrías y
satisfacciones como la que pone en vecindad imagen y palabra, poema y trazo. Monósticos es un libro pequeño, casi un
breviario, pero en él cabe la inmensa alegría del encuentro, del trabajo en
común. Y es también una forma de entretener o acortar la espera mientras avanzo
en mi nuevo libro de poemas, del que ya empiezo a entrever su final. Como dice
uno de los «monósticos» finales:
Una lluvia menuda nos calaba los
huesos.
Nadie miró la hora, sin embargo.
Callar era el camino, los pies en
el camino.
Enhorabuena, Jordi, por esos monósticos "somnolientos", compartidos con otro artista.
ResponderEliminarUn libro tuyo siempre es una gran noticia.
Se te ve contento con el resultado. Y uno se alegra de tal alegría.
Abrazos.
Gracias, Elías. No sé si estoy contento. Ahora mismo, más bien, un tantico nervioso. Todavía no he visto el resultado, y el miércoles hay que leerlo en público por primera vez. A ver cómo sale! Abrazo fuerte, J12
ResponderEliminar¡Enhorabuena...de nuevo! Seguro que el miércoles sale redondo. ¡No me cabe ni un "tantico" de duda! Un abrazo grande.
ResponderEliminarEstimado Jordi: Si mal no recuerdo, pronto es tu cumpleaños.
ResponderEliminarSeguramente, el mièrcoles, como festejo y regalo adelantados, la presentaciòn de tus "monòsticos" resultarà una verdadera celebraciòn.
Amo a mi Córdoba subdesarrollada pero, en ocasiones como esta...me encantarìa vivir en Madrid!
Salud!
Y, como siempre, mi admiraciòn y enorme respeto.
Afectuosamente desde el Sur,
Gabriela.