lista de pendientes
El
extraño camina hacia los niños, que se adentran
en
el cielo. Nace una lección. Hay quienes
dirán
que nos hace mejores. No nosotros, sin embargo.
Nacimos
para ignorar las señales de aviso
[y negar las coacciones a testigos.
Por
lo demás, seguiremos el orden del día que se fraguó para nosotros.
Elegías en lata.
«Eso»
viene a resumirlo más a menos
mientras
nuestro paso por el planeta termina ambiguamente.
Y
aunque fuimos propuestos para el cuadro de honor
otros
ascendieron en nuestro lugar, guardaron silencio
en
la paradoja envolvente. Invitados a inspeccionar coches viejos,
pocos
se dieron cuenta de a qué daban su conformidad,
o
de cómo el muro vacío convertido en confidencia incriminatoria
florecía
en forma de sala de sucesos y casos paranormales…
justo
lo que esperábamos del temblor incitante de la tarde marchita.
«De
lo más ilustre»… Me voy acercando
aunque
no necesite la atención… o casi,
porque
sucede, simplemente, ¿o…?
No
sé cómo me siento.
Es
esta ignorancia de los números y sus consecuencias,
[nosotros incluidos.
Recostado
sobre un tartán ambiguo en una cabaña elegante,
[uno escucha
arias
olvidadas de un altavoz con forma de petunia.
Donna è mobile. Où va la jeune Hindoue?
Oui, c’est elle, c’est la déesse. Pero no me
liberes
todavía.
Demasiado poco es demasiado pronto.
Lo
mismo da gruñir como un bote a pedales en una zanja
que
terminar aceptando como nuestras estas prácticas tardías.
Quedan
muchas preguntas
y
no quieren saber nada.
Trad.
J.D.
¿Ashbery escribiendo poesía
política? Algo de eso parece haber en esta «Lista de pendientes» que acaba de
ver la luz –con otros tres poemas inéditos– en el último número de Poetry Nation Review. Sólo así tengo la
impresión de comprender cabalmente las dos primeras estrofas, aunque ya sabemos
que con Ashbery el verbo «comprender» adquiere un sesgo especial. Ese verso
sobre los que «ascendieron» y «guardaron silencio / en la paradoja envolvente»
tiene miga, la verdad, como la tiene también el verso final, todo un golpe de
genio. «Por lo demás, seguiremos el orden del día que se fraguó para nosotros»…
Si esa frase no define cabalmente la inepcia de nuestros gobernantes, no sé qué
otra puede hacerlo.
No me olvido de dar las gracias a
la poeta y abogada María Antonia Ortega, que me dio la traducción de un par de
términos de la jerga jurídica anglosajona: «coacciones a testigos» (witness tampering) y «confidencia
incriminatoria» (state’s evidence),
que es el testimonio confidencial que un coimputado ofrece con la esperanza de obtener
un trato ventajoso (como ver rebajada su condena). Se comprende que en estos
dos casos toda traducción es aproximada, pues el sistema jurídico de Estados
Unidos es diferente al nuestro; por no hablar de la fuerza subversiva que
tiene, en el original, la palabra «state»,
y que la traducción sencillamente no puede replicar…
Más que ineptos, ellos.
ResponderEliminarTu traducción fluye, como siempre.
Abrazo.
Gracias, Jordi, nuevamente, por tu generosidad, al regalarnos con tanta frecuencia tus traducciones. Conocer a un traductor de frontera, como tú, un heraldo de la voz nueva, es todo un privilegio.
ResponderEliminarUn abrazo. R.
Gracias, amigos. Régulo, que bueno saberte por aquí. Eres muy generoso, demasiado. Me gusta eso de "heraldo de la voz nueva"! Abrazo, J12
ResponderEliminarMuchas gracias, Jordi. Como siempre, es un placer leer tu blog. En cuanto al poema, seguiremos leyéndolo. Al fin y al cabo es Ashbery...
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