Busca horas con agujeros,
para cruzar al otro lado y olvidarse de todo.
Pero
los agujeros se cierran siempre a su espalda.
Cuando desapareció, nadie conocía
su nombre, sus señas, su apariencia. Sólo cuando obtuvieron estos datos se
permitió salir de su escondite.
En aquel patio de vecinos, la
distancia se cuenta por años luz.
Deja siempre abiertas las puertas
de casa. Sólo así no siente deseos de huir.
Cría discípulos, y te sacarán los
colores.
ResponderEliminarEs una alegría su blog, Saludos desde México.
http://jongonre.blogspot.mx/