sábado, noviembre 09, 2019

lengua del sueño


Semana de sueños vívidos, extravagantes. Incluido alguno de esos que tengo muy de vez en cuando y que he dado en llamar «sueños lingüísticos». En esta ocasión, estaba en Londres, en un pub enorme –recuerdo que se llamaba The Black Tavern, un local familiar, con muchos niños y zonas de juego–, y al bajar una escalera que sobrevolaba la barra me fijé en unos bocadillos rellenos, algo así como nuestros montaditos, que uno de los camareros iba cortando en dos mitades. Entonces un amigo me comentó que eran una especialidad cockney y que la gente los conocía como «samed equals»…

¿De dónde sacaría yo ese término, que (por cierto) me parecía perfectamente plausible en el sueño? ¿Y por qué en inglés? Para empezar, es un pleonasmo, como decir «los mismos iguales» en español. Solo que la imaginación toma el adjetivo «same» y lo convierte en participio: «samed», «mismado». Así que aquellas mitades de bocadillo no eran sólo iguales, sino que habían sido «mismadas», igualadas activamente. Como pulidas y cepilladas para ser copias perfectas de su otra mitad.

El recurso al inglés me intriga, pero no me extraña. O no demasiado. Al fin y al cabo, es uno de mis idiomas de trabajo, y mi trabajo tiene que ver con las palabras. Aun así, el detalle de que sea un término cockney me hace gracia. Nunca me interesó esa jerga y nunca me molesté en aprenderla. Veo que hasta en sueños hago trampa y busco disculpas para mi ignorancia.

1 comentario:

  1. Quizá la lengua del sueño no miente tanto como nos mentimos a nosotros mismos con la lengua que usamos despiertos.

    Abrazo, Jordi.

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