Imagino este momento en el bosque, a medianoche:
algo más está con vida
junto a la soledad del reloj
y esta página en blanco que mis dedos recorren.
No hay lucero en la ventana:
algo más cercano
pero más sumido en la negrura
se adentra en la soledad:
con el frescor, con la delicadeza de la nieve sombría,
el hocico de un zorro tienta ramitas, hojas;
dos ojos sirven a un andar
que ahora mismo, y ahora, y de nuevo ahora
imprime huellas nítidas en la nieve
junto a los árboles, y cautelosa una débil
sombra se rezaga entre tocón y el vacío
de un cuerpo que osa deslizarse
de claro en claro, un ojo,
un verdor que se abisma y se dilata
brillante, concentradamente,
avanzando a su aire
y entonces, con un brusco, intenso, cálido tufo a zorro,
ingresa en el oscuro hoyo de la cabeza.
En la ventana no hay estrellas; late el reloj,
la página está impresa.
trad. J. D. / el original, aquí
La imagen es sutil y hermosa. El poema original, imprime huella y calla diciendo. El poema traducido, exprime huella y dice callando. El conjunto: todo un regalo para los sentidos.
ResponderEliminarAbrazo grande y amigo y Felices Fiestas y Año Nuevo junto a los tuyos.