BITÁCORA DE JORDI DOCE. Mis últimos poemarios son En la rueda de las apariciones. Poemas 1990-2019 (Ars Poetica, 2019) y No estábamos allí (Pre-Textos, 2016). Además de traducir la poesía de William Blake, Anne Carson, T.S. Eliot y Charles Simic, entre otros, he publicado los cuadernos Hormigas blancas y Perros en la playa, y los libros de artículos y de crítica Imán y desafío, Curvas de nivel y Las formas disconformes. He reunido mis versiones de poesía en Libro de los otros (Trea, 2018).
jueves, agosto 21, 2008
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Siempre estaré más cerca de los escritores para quienes el hecho de escribir supone al menos una alegría física, instintiva, casi animal, como la de un niño saltando las olas o dejándose llevar por el entusiasmo de la carrera, jugando con una fuerza que no sabe cómo agotar, braceando en el excedente de sí mismo. Esa ligereza, al cabo, su facilidad para ir de un estado a otro, de la risa al llanto, del juego a la hosquedad. Como Dickens, que lloraba y reía con cada quiebro de la acción, y a quien sus hijas oían desde el piso de abajo decirse en voz alta los diálogos de sus personajes.
Chera'a, Jordi, bwena esa, apoya la moción festiva de la xapoetante poesía, avanti avatí!!!
ResponderEliminarun saludo allende el charko
¡absolutamente de acuerdo¡ Un abrazo.
ResponderEliminary es algo que se percibe en la lectura, el propio placer físico, plástico, activo del autor.
ResponderEliminary es que, si no, parece un asunto de burocracia...
un abrazo
Bueno, que quede al menos como aspiración, como aviso a navegantes. Está claro que no siempre logramos reunir la misma fuerza o el mismo entuasiasmo, pero "para nosotros sólo queda el intentarlo", como dijo Eliot. Un abrazo.
ResponderEliminarHace algún tiempo que vivo un poco alejado de la creación literaria pero me identifico con esas sensaciones. Creo haberlas vivido.
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