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Antonio Colinas firma una tempranera y generosa reseña de mi edición de William Blake. En El Cultural de El Mundo. Estoy en deuda con sus palabras, aunque no dejo de pensar que es injusto que se citen más líneas de mi prólogo que versos del poeta. Al parecer, vivimos en una época que se muestra tan fascinada por los ecos de un texto como por el texto mismo.
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Un crítico anónimo (aunque por algún dato que maneja sospecho que ha visitado esta bitácora) ha escrito unas líneas igualmente generosas en las páginas que el diario ABC dedica a la Feria del Libro. De hecho, el volumen de Blake está entre las «apuestas» del diario, al menos en su versión digital. Mil gracias a uno y otro, crítico y diario.
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Para compensar estos excesos, nada mejor que volver a Blake, a uno de esos breves y fulgurantes poemas que apuntaba en sus cuadernos y que, dos siglos más tarde, no han perdido un ápice de su intensidad, de su vital (im)pertinencia.
«Tienes semilla en tu regazo
y éstas son buenas tierras.
¿Por qué no esparces tu semilla
y aprendes a vivir con alegría?»
«¿No valdrá más sembrar la arena
y trabajarla con la azada?
Pues no puedo plantar
en ninguna otra tierra
sin que sienta más tarde
el hedor de la mala hierba.»
y éstas son buenas tierras.
¿Por qué no esparces tu semilla
y aprendes a vivir con alegría?»
«¿No valdrá más sembrar la arena
y trabajarla con la azada?
Pues no puedo plantar
en ninguna otra tierra
sin que sienta más tarde
el hedor de la mala hierba.»
Yo estoy muy contenta de tener tu Blake.
ResponderEliminar¡Felicidades¡
Desecha esos temores, Jordi. No he podido comprobar (aún) el esfuerzo, pero si está en la línea de la anterior entrega de Pretextos y de las muestras que sueles dejar aquí (y en tantos otros sitios), no hay duda de que la obra ha de merecer la mayor difusión. Un abrazo y enhorabuena.
ResponderEliminarTengo muchas ganas de tener tu Blake, es un grande que nunca está de más volver a traducir y releer. Enhorabuena.
ResponderEliminarSois muy generosos. Pero da gusto sentirse tan bien acompañado. Mil gracias. J12
ResponderEliminarLlego tarde, amigo Jordi, pero ya conoces mis defectos.
ResponderEliminarVoy a intentar sonar lo menos literario posible. Vaya traducción impecable. Vaya edición cuidada hasta el mínimo detalle. Qué gusto que libros así lleguen al público y lleguen con ese despliegue artístico por tu lado, técnico por el editorial y sagrado por la parte del poeta traducido.
Ya te he dicho dónde creo que llegará este libro pero, como el John Bidlake de Point Counter Point, prefiero no mentarlo.
Abrazo gordo.