Tarsila do Amaral, Palmeiras, 1925
Saluda a quienes le rodean como si confirmaran sus peores augurios.
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Ha dejado de hablarse con el escritor que hay en él.
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A estas alturas, diría que soy menos que la suma de mis partes.
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Las cosas sólo se le mostraban cuando las teñía de sangre.
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Decía carecer de enemigos. Todos se apartaban a su paso.
Terrible y buena la primera palmera.
ResponderEliminarA mí me han encantado las que quedan abrigaditas de los peores vientos, las palmeras centrales. Ser peor que la suma de las partes de uno sólo debe de poder pasar cuando se lleva mal con su escritor intestino. Me ha gustado mucho. No se me escapa que son las dos palmeras menos tremendas... pero es que sólo estamos a principios de semana...
ResponderEliminarSolitaria y vetusta la segunda palmera.
ResponderEliminarEntre todos gustan todas. Me gusta. Abrazos agradecidos, J12
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