Fue justo el otro día,
en mitad de la calle, entre la multitud.
Te detuviste, hurgándote los bolsillos
en busca de algunas monedas,
y notaste que te seguían:
los locos, los sordos, los ciegos, los vagabundos
te seguían de lejos, con respeto.
¡Un hurra por el rey!, gritaban.
¡Nuestro líder!
¡El mayor domador de leones del mundo!
¿Y tus bolsillos?
Había un agujero en cada uno.
Entonces se acercaron,
tocándote con avidez,
posando una corona de papel en tu cabeza.
en mitad de la calle, entre la multitud.
Te detuviste, hurgándote los bolsillos
en busca de algunas monedas,
y notaste que te seguían:
los locos, los sordos, los ciegos, los vagabundos
te seguían de lejos, con respeto.
¡Un hurra por el rey!, gritaban.
¡Nuestro líder!
¡El mayor domador de leones del mundo!
¿Y tus bolsillos?
Había un agujero en cada uno.
Entonces se acercaron,
tocándote con avidez,
posando una corona de papel en tu cabeza.
Trad. J. D.
Realmente precioso el poema, me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo.
sí, tremendo. Excelente traducción.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu prólogo de Desmontando el silencio, lo bien que describes el descubrimiento del poema, la dificultad para recrearlo.
ResponderEliminarGracias a todos, me alegra que os haya gustado. Simic siempre crea ese efecto. Ya iré colgando más poemas suyos "in time". Un abrazo, J12
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