El miedo a convertirse en un problema para otros le hizo tomar distancia de ellos. Entonces se volvió un problema para sí mismo.
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Libros que se vuelven contra él y le cortan en dos. Así es como ha engendrado su prole.
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Dicen de él que es bilingüe. Tiene un idioma para hablar y otro para guardar silencio.
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Le alaban y ovacionan por abrir nuevas sendas, dicen, pero él sólo quería no pasar por ciertos cruces de caminos.
Ella/4v
ResponderEliminarPensaba tanto en los demás que se olvidó de sí misma.
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Creaba historias con personajes que se le agarraban por dentro y no la dejaban dormir.
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Su cara tenía la fea costumbre
de hablar si ella no decía nada.
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La alababan por construir caminos,
dirección utopía.
[No he podido evitarlo,
me ha encantado.]
Un beso
La versión es el mejor signo de halago o de complicidad. Mil gracias, May. Qué bien que no hayas podido evitarlo. Un beso; j12
ResponderEliminarCierto que invitan a seguir el juego, a improvisar (di)versiones. ¿Es posible domesticar fantasmas? Un placer saberte regresado Jordi.
ResponderEliminarMe ha encantado la definición del miedo (porque supe lo que era el miedo, una vez y tuve miedo hasta de mí misma) y la del bilingüe, que tiene un idioma para hablar y otro para el silencio. Me lo apunto y, a partir de ahora, me haré bilingüe. Un abrazo.
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