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La vida sería algo muy distinto si tuviéramos que ganarnos nuestro nombre a pulso.
Su nombre va de boca en boca y ella, feliz, se escabulle para volver a casa.
Siempre saluda con la cabeza bien alta, para no parecer menos que su nombre.
Se ofendió terriblemente cuando empecé a coquetear con su nombre.
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Acertadas variaciones de what's in a name... Si nos ganáramos nuestro nombre a pulso, ¡no sé yo que sería de algunos...! Un abrazo, Jordi.
ResponderEliminarY que lo digas, Índigo--gracias por tu lectura, siempre. Un abrazo, J12
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