… sobre un poema de William Carlos Williams
He matado
al elefante
que pastaba en
la sabana
y que
sin duda
me tenían reservado
desde hace días
Perdóname
era tan grande
y estaba
tan a tiro
*
He
pasado seis días
en
Botsuana
invitado
por
mi amigo sirio
el
mismo
que
trabaja
para el
lobby saudí
Perdóname
no
sé lo que hago
y
me encanta
viajar
de morro
*
Me tomé
una
semana libre
sin
avisar
a
nadie
total
conmigo o sin mí
la cosa no
tiene arreglo
Perdóname
no era lo previsto
y quién
iba a pensar
que
ese peldaño
Me encanta. ¿Me lo puedo llevar a mi blog? Gracias.
ResponderEliminarclaro, querida, es todo tuyo...
ResponderEliminary gracias a ti!
Siempre das en el blanco y, hoy, además das en el elefante. No sé si blanco, tal vez gris, pero ese elefante que, más allá de su color, busca la "blancura" de la niñez: ¡perdóname! ¡Ya ves!
ResponderEliminarBuen fin de semana, Jordi. Un abrazo grande.
Ese último escalón suspendido, que tanto daño hizo a la cabeza femoral de quien no parece tener otra, está siempre muy bien colocado: ¡Y en tu poema en su justo sitio!
ResponderEliminarAdoro ese peldaño. No perdono.
Un saludo. Ché
Gracias, amigas. Y Che, qué bien que hayas visto ese peldaño en el aire, camino interruptus--abrazo fuerte, J12
ResponderEliminarCertero y oportuno.
ResponderEliminarSaludos
Genial, Jordi.
ResponderEliminarGenial, Jordi. ¡Ese monarca debería estar orgulloso de tu remake del doctor Williams! Le honora.
ResponderEliminarGracias, Jordi--abrazo, j12
ResponderEliminarGenial.
ResponderEliminarChapeau.
ResponderEliminarQué bueno verte por aquí, Aurelio. Abrazo, J12
ResponderEliminarUn poema un poco sarcàstico pero que le canta su verdad al Monarca ,me gustarìa que lo pudiera leer ya que es muy original. Elena A.
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