Sí, algunos no dejamos de
tropezar en la misma piedra, pero siempre con la esperanza de salir rebotados a
un lugar más interesante.
El miedo de la sangre conforme se
aleja del corazón. El miedo de la sangre conforme se interna en las galerías
oscuras de la carne.
Uno que ríe a carcajadas para
mantener a raya a los demás.
Los latidos del corazón,
esperando su gran momento, y luego ¡qué breve todo! Somos los legatarios de su
decepción.
Cada tiempo concibe sus propios
problemas.
Toma impulso hasta para callar.
Perdón por la irrupción y el cambio de tema, pero sospecho que se me disculpará: la cuestión es que ando buscando un poema, creo que de Leopardi AUNQUE HACE POCO HE RELEÍDO SUS CANTOS Y NO LO HE VISTO, en el que aparecía el poeta mirando por una ventana, añorando la vida de aquel que se veía r andando libre por los caminos; el poeta intuía a su vez que aquel hombre anhelaría estar en lugar del poeta, en aquella ventana, al resguardo de aquella habitación, envuelto en esa luz doméstica. ¿Sabe alguien cómo se llama el poema?
ResponderEliminarPapilas gustativas del sentimiento:
ResponderEliminarLa herida sabe metálica.
La pena salada.
La traición amarga.
La ternura dulce.
Papilas gustativas del sentimiento:
ResponderEliminarLa herida sabe metálica.
La pena salada.
La traición amarga.
La ternura dulce.
grandes aforismos, sin duda.
ResponderEliminarTomar impulso hasta para callar... me lo apunto.
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