Heaney, de nuevo:
…all the fleeting, fitful anxieties that afflict
the literary translator.
Así termina el breve prólogo que antepuso a su traducción del
libro VI de la Eneida, que ahora se
publica póstumamente: «…todas las breves, intermitentes ansiedades que afligen
/ al traductor literario». Sólo que yo he optado por dividir la línea de prosa
en dos versos de vieja y grave sonoridad anglosajona: esa aliteración
simultánea de la f y la i en sílabas acentuadas (bien es verdad
que una i es larga y las dos
restantes breves, pero aún así), la pausa entre hemistiquios después de «fitful», el anapesto de «anx-i-e-tís» preparando el terreno para
el acento final –en agudo– del primer verso…
La poesía como una segunda naturaleza, que asoma cuando menos se
la espera; o más bien, porque no se
la espera.
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