jueves, diciembre 05, 2019

cuenta atrás





Llevaba medio año ausente (alguna vez lo eché de menos), pero el chino que hace ejercicio caminando hacia atrás ha reaparecido. Así es la cosa: da vueltas en torno al parque en modo retroceso, moviéndose con paso firme y volteando la cabeza cada poco para evitar tropiezos y despistes. Podría hacer una consulta para conocer el motivo –si es una práctica venerable o está recomendado para prevenir algún mal específico–, pero me quedo con la imagen de este hombre más bien bajo, escueto y reconcentrado, que circunvala el damero de parterres y jardines avanzando de espaldas, como si quisiera regresar infinitamente a la noche de donde proviene –sin lograrlo. Una forma de penitencia. La sospecha, quizá, de que este caminar inverso ayuda a expiar (¿a corregir?) los errores de la víspera. El reloj en hora. Borrón y cuenta nueva.

(Una semana después me lo encuentro acompañado de su mujer, que imita su caminar hacia atrás, pero sin la firmeza ni la gracia del hombre. Tiene el pelo alborotado por las rachas de viento y lleva de la mano a su hijo, que intenta zafarse cada poco para no perder el equilibrio. El día, ciertamente, no ayuda. Pero ellos insisten y me los cruzo diez minutos después, más acompasados. Una práctica familiar).

1 comentario: