BITÁCORA DE JORDI DOCE. Mis últimos poemarios son En la rueda de las apariciones. Poemas 1990-2019 (Ars Poetica, 2019) y No estábamos allí (Pre-Textos, 2016). Además de traducir la poesía de William Blake, Anne Carson, T.S. Eliot y Charles Simic, entre otros, he publicado los cuadernos Hormigas blancas y Perros en la playa, y los libros de artículos y de crítica Imán y desafío, Curvas de nivel y Las formas disconformes. He reunido mis versiones de poesía en Libro de los otros (Trea, 2018).
martes, mayo 19, 2009
escuela de calor
La luz desmedida del verano comienza a golpear las calles y los senderos del parque y se descubre buscando una y otra vez los márgenes de sombra, los anchos patios de penumbra que se recortan bajo los árboles. El sol acaba de llegar, piensa, pero es ya el enemigo, el perseguidor, el dueño de unas calles que humean a cada paso. Sólo ahora, a media tarde, el verde brillante de las acacias parece templar el aire y los ojos descansan, aliviados, disfrutando de un poco de calma entre dos cegueras.
Hasta cuando camina por el parque, de vuelta del trabajo, le parece como si estuviera mirando el mundo desde una habitación en penumbra, las persianas bajadas a medias, la ventana abierta para que corra el aire. A veces se sienta en un banco y hace tiempo. Es decir, espera que pase el tiempo y la luz pierda fuerza y las cosas recuperen su respiración habitual, no esa quietud de animal abrumado y expectante con que se recogen al mediodía. Exagera, sí, pero a veces la exageración es una forma de estar a la altura de los propios fantasmas, y este calor casi africano está lleno de los fantasmas de otros veranos, de los fantasmas que ha sido, de la intemperie desértica que ha sido. Trata de seguir el parpadeo de las hojas, de acogerse a unas pocas formas sencillas. Trata de hacerse a la idea. Ese cauterio.
Hermoso texto. Mientras lo leía sentía el sol y la luz por todos lados. Mi mano derecha fue a buscar los anteojos de sol.
ResponderEliminarFantástica esta descripción de lo que está por llegarnos. Casi se siente la pesadez, la rotundidad del sol aplastándonos contra un asfalto que casi alcanza la ebullición.
ResponderEliminarGracias por transportarnos a ese espejo del verano. Estaremos mejor preparados para su fuego ;o)
Un abrazo
Gracias, X, Susana, me alegra que el efecto sea justamente el que buscaba... Un día colgaré un poema ya publicado que tiene exactamente el mismo asunto... Abrazo, J12
ResponderEliminarSi me permites, Jordi, da igual sobre lo que escribas. Es evidente que con tu don nos llevas a donde te plazca.
ResponderEliminarY, no hace falta que te lo diga: es un inmenso placer viajar de tu mano.
Otro abrazo para ti!
Has logrado sacarme los colores, Susana. Mil gracias, J12
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