jueves, diciembre 12, 2019

preludio


And then the lighting of the lamps… Ese momento, en la tarde de mediados de diciembre, en que vemos encenderse las farolas de la calle. Previsible, tal vez, pero inesperado. Los ojos se han ido habituando a la penumbra y al amarillo seco y sin vida de las hojas, y todo es del color indistinto del cielo, de las fachadas, de la piedra mordida por el frío. (Parece que esta noche lloverá). Vamos hablando de cualquier cosa y de pronto, ante nosotros, se enciende una farola, un parpadeo, luego la calle entera hasta donde llega la vista. La sorpresa. Luego el alivio tranquilo de la iluminación, como si nada. Y la noche va llegando, imantada por las luces como una polilla. Y lo que no esperábamos ilumina lo que nos espera, el camino que falta. Todavía es pronto para volver.

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