lo que entonces no sabía del mundo
Ese verano yo tenía un vestido amarillo
pero la montaña, con sus muchos verdes,
fue dejando caer que yo no era lo que
parecía
y dijo, con su actitud liviana, tironeada por
el viento:
solo una de nosotras necesita estar
desnuda
y no veo por qué tendría que ser yo.
Hace como tres semanas colgué un breve
poema de la poeta irlandesa Vona Groarke publicado en Poetry Nation Review. Este es aún más breve (apenas seis versos), y
tiene algo, diríamos, más travieso y ashberiano
que el anterior. No sé por qué, pero esa montaña «con sus muchos verdes» me ha
recordado la célebre montaña Sainte-Victoire que Cezanne pintó obsesivamente a
partir de 1885. Claro que la montaña del pintor parece bastante más sólida que
esta y, desde luego, mucho menos impertinente.
what i
didn’t know then about the world
I had a
yellow dress that summer
but the mountain,
in its so many greens,
put it
about that I was not what I seemed,
said in its
feathery, wind-flipped way:
only one of
us needs to be naked here
and I don’t
see why it should be me.
Un hermoso intercambio de pareceres: es un consuelo cuando la naturaleza, pese a su cabezonería, se muestra así de dialogante.
ResponderEliminarCada vez que te adentras en ese ambiente anglosajón traes algo de aire fresco que ayuda a renovar este nuestro, algo viciado de endogamia.
ResponderEliminarEspero que vuelvas a meterte en el mundo de Simic y nos abras otra de esas maravillosas ventanas por donde se cuela una de las lógicas más divertidas y chocantes de la poesía actual.
Buen trabajo el tuyo, Jordi.
Tantas cosas sabe la montaña... tantas que...
ResponderEliminarAbrazo, Jordi.