Luc Tuymans, Wiedergutmachung, 50 x 63 cm |
De una pluma que recibí como regalo
Ahora que he tomado tu pluma
con miedo
a que no surjan más poemas,
¿qué hay de los años de exigencia,
de tanto compromiso
impuesto y asumido?
¿Todos esos «Haz a los otros
lo que quieres que te hagan a ti»?
¿Error? ¿Virtud?
Sí y no. Va la pluma al tintero
y vuelvo a empezar: con dudas
o sin ellas, que fluya.
Trad. J.D.
Seamus Heaney cerró con este poema (inédito en libro) la lectura que dio el pasado jueves 4 de abril en el Centro Niemeyer de Avilés: un guiño a uno de sus primeros poemas, el célebre y emblemático «Digging», pero esta vez con un tono elegíaco en el que se entremezclan la sombra debilitadora del tiempo, el temor a no estar a la altura (de nuevo), la mirada fugaz ante el espejo. Algo que la rima de los versos iniciales deja bien claro: los años [years] de exigencia y compromiso se han convertido extrañamente en duda, en miedo [fears].
Si en aquel poema de 1966 la pluma
era comparada a la pala con que su padre y su abuelo habían cavado la tierra,
aquí recupera su forma, su rango de intermediaria entre mano y papel:
del eje vertical pasamos al horizontal, del cavar pasamos al fluir, de la idea
de esfuerzo pasamos a la de soltura, de gracia. Para Heaney la poesía es
un don, una visita de la que hay que hacerse digno, y algo de eso hay en estos
versos, que son también un conjuro, una plegaria preliminar para facilitar la
escritura: déjate llevar, disfruta, no dejes que un exceso de rigor o de
conciencia te abrume…
On the gift of a fountain pen
Now that your pen is in my hand
And I have fears
That poems may cease to be,
What of the years
Of every other obligation
Imposed and undertaken?
All that ‘Do unto others
As you would have done unto you’?
Mistaken? Virtue?
Yes and no. I dip and fill
And start again: doubts
Or no doubts, let flow.
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