viernes, julio 15, 2022

un homenaje necesario y luminoso

 

 

Guadalupe Grande, Esa llave ya nieve, Pamplona, Alkibla, 2022, 172 págs.

 

 

La muerte inesperada de Guadalupe Grande (Madrid, 1965) en los primeros días del año pasado truncó de manera prematura una existencia cuyo centro magnético fue siempre la poesía, en todas sus expresiones. Hija de los escritores Francisca Aguirre y Félix Grande, militó de forma activa en el género como docente, editora y gestora cultural dentro de la Universidad Popular José Hierro en San Sebastián de los Reyes. Hasta 1996, con la aparición de El libro de Lilit, no se dio a conocer como poeta, lo que fue en un sentido profundo que rebasa lo puramente verbal, como veremos.

 

Esa llave ya nieve, que juega con el título de su segundo libro, La llave de niebla (2004), es un hermoso libro de homenaje a la creadora y amiga que recoge una breve muestra de sus poemas, algunos de ellos inéditos, y textos en prosa que giran en torno a sus preocupaciones más íntimas: la vieja dignidad de la cultura del libro, la memoria histórica, los fantasmas familiares y domésticos… Hay también páginas del inédito Cuaderno de Roma, escrito durante su estancia en la Academia de España en la ciudad, y que ofrecen el lado más introspectivo, incluso onírico, de su producción.

 

A la espera de la publicación del libro que Grande dejó inédito, Jarrón y tempestad, este volumen nos permite volver sobre una obra que se propuso, explícitamente, «abolir el olvido», en la certeza de que «el tiempo es una estación de ida y vuelta».

 

El resultado es mucho más que una antología al uso. No solo por el cúmulo de fotografías que ilustra el volumen, sino por su afán de mostrar y hacer justicia al brillante trabajo gráfico de Grande. Sus collages y fotomontajes dominan la puesta en página y nos acercan un universo entre lúdico, alucinado y melancólico que se prolonga en los videopoemas que la autora realizó hacia el final de su vida. Imágenes de película muda y coloreada que sondean el tiempo de los antepasados para hacer de la extrañeza virtud, esto es, una puerta hacia la piedad y la comprensión.

 

 

Publicado en La Lectura de El Mundo, 17 de junio de 2022.

 

 


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