miércoles, septiembre 15, 2010

alto en el camino

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Melquíades Álvarez


¿La traducción? Sin duda, entre otras cosas –ya que muchos me lo preguntan–, para preservar la tensión y el placer de la lectura lenta, para deshacer el mal camino andado en otras labores. Hay demasiada urgencia en el trabajo de edición, demasiado nerviosismo: se lee en diagonal, se hacen informes y resúmenes y contraportadas, se revisa y corrige contrarreloj, y al final las palabras desfilan ante los ojos como recuas de ganado que entran y salen del cercado a horas fijas. Todo el cuidado que uno pueda poner en su tarea debe sobreponerse por fuerza a esta premisa nociva, este mal de raíz. Y luego, en casa, o también en el trabajo, esta rayuela compulsiva por ventanas que no parece tener fin, como si patináramos en círculo sobre ellas. La prisa, siempre la prisa. Un turbión que es preciso apaciguar si no queremos que nos arrastre o nos despoje de las pocas facultades que nos alumbraban al comienzo. Hay que abrir espacios de calma o de silencio donde el lenguaje recupere su peso, su valencia, repudiar la lectura como esfuerzo, bajar al ruedo y mezclarse sin más con las palabras, oler su almizcle. Hay que desaprender, desquitarse de vicios, y la traducción –en mi caso, la traducción de poemas– es muchas veces un remedio inmediato, una forma de parar sobre mis pasos y mirar en torno. Recupero entonces otra velocidad, quiero decir, la lentitud deseada, y los libros dejan de ser los consortes pasivos de esta huida afanosa a ningún sitio.
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3 comentarios:

Jordi Llavina dijo...

Jordi, estoy muy de acuerdo contigo. Por cierto, estoy disfrutando de lo lindo con tu Eliot/Auden. Hay apreciaciones muy inteligentes que se derivan, como no podía ser de otro modo, de tu labor traductora. En especial, me encanta el análisis sobre el "modus scrivendi" de ambos, ya sean el poeta "flâneur", el "velador insomne" o el hombre dotado de un "ojo de águila". Voy a escribir sobre la obra en Avui, ya te informaré. Gracias por tus libros. A partir de hoy, me adhiero también a tu blog. Un abrazo

Jordi Doce dijo...

Gracias por tus palabras, Jordi. Ya sabes que los libros de ensayo literario tienden a pasar desapercibidos en nuestra clima literario (a menos que vengan firmados por Bloom u olímpicos semejantes), así que me encanta saber que ha caído en buenas manos. Estamos en contacto. Un abrazo, J12

Isabel dijo...

"abrir espacios de calma, desaprender, desquitarse de vicios, repudiar la lectura como esfuerzo..."

yo me lo voy a prender para que lo aprenda mi pensamiento.