martes, mayo 20, 2014

fotogramas





Ha logrado que hasta su ángel de la guarda se avergüence de él.



Si no nos atraviesa, si no sopla también en las entrañas, no merece llamarse viento.



A fuerza de esquivar palmadas en la espalda, va avanzando.



Allí la gente sueña para vivir, siquiera unos instantes, fuera del alcance de Dios.



Nunca sé qué decirle, ni cómo comportarme en su presencia. No sé qué haría sin él.



1 comentario:

Carlos Medrano dijo...

Lo inesperado de ellos,-por humor, por ingenio-, hace de estos aforismos un ejercicio hermoso. Si son daguerrotipos, llegan con comprensión, no desde el dibujo ácido.