Eduardo
Arroyo no fue solo un espléndido pintor y dibujante, un artista en toda la
extensión de la palabra, sino un escritor más que notable. La lectura de sus
memorias, tituladas Minuta de un
testamento, me impresionó. De esa lectura, y de la frecuentación
intermitente de su obra, surgió este escrito, «Retrato del artista en el ring»,
que publiqué en su día (allá por el 2012) en la revista Minerva del Círculo de Bellas Artes. Creo que ahí se dicen cosas
sobre la obra de Arroyo que son aplicables a la creación en general, o eso me
ha parecido al releerlo. Descanse en paz.
Me from Myself — to banish —
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Me from Myself — to banish —
Had I Art —
Impregnable my Fortress
Unto All Heart —
But since Myself — assault Me —
How have I peace
Except by subjugating
...
Hace 10 minutos
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