John Duncan (1866-1945)reprende al zarapito
No lances tu chillido al aire, oh zarapito,
o lánzalo tan sólo al agua del Oeste;
pues tu chillar me trae a la memoria
finos ojos ardientes y sus largos cabellos
palpitando pesadamente sobre mi pecho.
Bastante mal hay ya en el chillar del viento.
oye el grito de las juncias
Me aventuro por la orilla
de este lago desolado
donde el viento aúlla en las juncias:
Hasta que no se rompa el eje
que sostiene a los astros en su ronda,
y las manos arrojen a lo hondo
los pendones del Este y el Oeste,
y se desciña el cinto de la luz,
no ha de yacer en sueños
tu pecho junto al pecho de tu amada.
trad. J. D.; aquí, allá, los originales.
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3 comentarios:
Cualquiera se apunta leyendo la apetitosa presentación (promete, y no vivo en Madrid) la del club de poesía en el Hotel Kafka, Doce.¡Felicidades! Y estupenda la selección de los poemas de hoy sobre Yeats, aunque echo en falta no saber a quién se debe el dibujo que las acompaña(por está vez te has olvidado de apuntarlo).He leído hace poco Matemática tiniebla.Otra vez, felicidades.
Decirte que el apunte o aforismo publicado aquí y que empieza: "Me niego a creer que nadie sea tan estúpido...", me parece todo un clavo(olvido el dardo) en medio de la diana.Es usted un maestro.
Francisco
Gracias por tus palabras, Francisco, tu enhorabuena y tus exagerados elogios (pero que siempre animan). Sí, a ver si se anima la gente y creamos un buen grupo de lectura. Ah, por cierto, ya he reparado esa omisión. Disculpas. Curioso tipo, John Duncan: dejo que investigues un poco más de su vida. Un saludo, J12
Gracias por lo del dibujo,Doce.Estoy seguro que quien tenga interés por la poesía sacará algo bueno de esas reuniones.El programa lo dice todo y no sólo por las obras que se comentarán, sino por las sugerentes(apetitosa dije ante)intenciones.Suerte.Saludos.
Francisco
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