lunes, octubre 19, 2015

buckets of rain





Ayer por la noche, casi a punto de dormirme, el ruido de la lluvia en las persianas… Mediados de octubre y el agua cae con ganas, en rachas generosas que ponen un filo de hielo en el aire. Pensé que la escritura debía tener ese ritmo, esa soltura, llegar al cuaderno como quien no quiere la cosa y a la vez sin reservas, insistente y pródiga, impulsando sus frases como gotas de agua en el cristal. Me dormí con ese ritmo en la cabeza y hoy, al despertar, tardé en salir de mi sueño, como si las aventuras de la noche fueran la casa en cuyo techo la lluvia debía seguir repicando, incubando palabras.

2 comentarios:

ÍndigoHorizonte dijo...

La vuelta a la lluvia. La vuelta al otoño. Y a la palabra, la tuya. Ya sabes que ME ALEGRO. Mucho. Abrazo. Grande. ¡Estamos de enhorabuena!

Alfredo J Ramos dijo...

También la lluvia me ha producido a menudo impresiones muy gratificantes, Jordi. Pero te confieso que últimamente, a la vista de cómo se multiplican, y cada vez más próximos, los desastres por riadas, tsunamis, gotas frías y restos de ciclones, cuando empieza a llover con fuerza se me pone un nudo en el estómago. Me quedo, como bálsamo, con el ímpetu de la escritura llegando al cuaderno. Puede que imágenes así, por aquella ley de la magia simpática en la que lo semejante engendra lo semejante y, una vez concebido, lo vuelve innecesario, sirvan a modo de talismán y freno. Ojalá. (Vi anoche, por purita casualidad, el «Imprescindible» de Juan Goytisolo: muy acertados, y bien expuestos, tus comentarios sobre su narrativa). Abrazo.