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suceso
Anselm Kiefer, Sólo con el tiempo, el viento y el sonido, 1997. Detalle
No estábamos allí cuando ocurrió.
Íbamos de camino a otra ciudad,
otra vida,
bajo un cielo cambiante que se movía con nosotros.
Cruzamos campos verdes, amarillos,
pueblos de gente suspicaz y cuervos impasibles,
y ni una vez echamos en falta nuestra casa
o sentimos nostalgia del pasado.
Así era el viaje:
por la noche silencio,
a la mañana niebla.
Una vez encontré un botón de hojalata en el bolsillo
y jugué a sostenerlo bajo el sol,
arrojando destellos a las altas espigas.
Luego fue una moneda usada
y tuvimos el paso franco en todos los controles.
Las llanuras de Europa son testigo.
Ellas saben también que algo ocurrió,
aunque nunca lo viéramos.
Íbamos de camino a otro país,
otra vida,
sin bultos estridentes,
sin espacio para el recuerdo.
Todo se congregaba a nuestra espalda,
ahora silencio y luego niebla.
.
11 comentarios:
Es magnífico, Jordi. Gracias.
Un abrazo.
silencio y niebla...la vida sucede. Un placer leerte.
Abrazos
Mil gacias, Juanma y Rodri. Abrazo, J12
Me ha gustado mucho, Jordi.
Gracias, Jenny. Qué bien. Un beso, J12
Precioso. A veces la vida es lo que sucede mientras nos dirigimos hacia un destino.
Hermoso poema. La evocación de la experiencia de un viaje ¿concreto? cobra el valor del viaje de la vida. Sólo me disuena esa dura asonancia entre "espigas" y "antigua", tal vez porque es muy poderosa la imagen de la moneda-salvoconducto y su formulación, en cambio, parece un balbuceo... El final es magnífico, silencio y niebla: dos dimensiones esclarecedoras. Noraboa.
Gracias, Alfredo. Miraré esa asonancia, y acaso esa línea mejore con un par de vueltas más. Un abrazo, J12
¿Viaje quizás de nuestra vida hacia la otra (moneda de Caronte, niebla)? Precioso poema. Carmen.
Eres muy generosa, Carmen, muchas gracias. Saludos, J12
un hombre sabio dijo eso de " no se podía uno acercar a él: estaba rodeado de un enjambre de palabras"...
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