lunes, febrero 15, 2010

pentagrama

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Hacer de sus restas una suma, por pequeña que sea. La vocación profunda del aforista.

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Extrañas reputaciones literarias que no viajan más allá de una ciudad, de una provincia. Flores locales que un botanista consigna en su cuaderno y que a veces trata infructuosamente de trasplantar. Se alimentan de datos consabidos y de lugares tan comunes como circunstanciales. Sus entornos idóneos son la gacetilla, el periódico local, los salones de casinos y ateneos donde pueden brillar con luz ajena, replicando con menor intensidad las peculiares conflagraciones de su lugar y su tiempo.

Graves malentendidos cuando esa ciudad es una capital europea.

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Le decepciona que los hechos le respalden. Creía tener más imaginación.

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Si una cosa no te lleva a otra, olvídala.

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El que piensa tropezando con todo. El que piensa sorteándolo todo. El que piensa mirándolo todo desde lejos.

Lo que cada cual escribe en su cuaderno.
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4 comentarios:

Salvaje Oeste dijo...

Buenos aforismos todos. Me gusta esa descripción de la vida literaria provinciana.

Dillinger dijo...

Tus aforismos me llevan unos a otros. Por eso no los olvido.

Dillinger

A. dijo...

Estupendo. Reputaciones literarias: escritores satélite brillando gracias a otra luz. Lo has expresado muy bien.
Me encanta Si una cosa...

José Antonio Fernández dijo...

Unas reflexiones muy certeras.