lunes, marzo 22, 2010

óscar curieses / dentro


Todo sucede dentro: de la carne, de la imaginación, de la palabra: de la carne que sueña y dice, de la imaginación sonora, de las palabras que son carne y vibran, y respiran, y sangran.

Máscaras, voces, fantasmagorías, los cuerpos se aparean y luchan con sus sombras en este nuevo libro de Óscar Curieses, su segundo después de
Sonetos del útero, en el que ya quedaba perfilado el mundo preambular o regresivo que recorre estas páginas como un cable en tensión: el ámbito larvario de la perpetua posibilidad, ese lugar abierto y anterior a la vida donde alienta, no obstante, el tizón de la ruina, la violencia y la muerte.

Las palabras, en
Dentro, son espejos que duplican figuras y confunden los tiempos, los sentidos. Nada es lo que parece ni puede ser otra cosa. En lucha con sus dobles, con sus sueños y miedos y carencias, la voz de estos poemas nunca es más ella misma que cuando abraza sus ficciones, la vida que concibe para poder vivir.


Así reza el texto de contraportada que he tenido el honor de escribir para el nuevo libro del poeta Óscar Curieses, Dentro (Bartleby, Madrid, 2010), lleno de poesía genuina, de imaginación y fuerza expresiva, en el que la capacidad para generar imágenes y figuras perturbadoras va de la mano de un pulso narrativo digno de la mejor literatura expresionista. Lo podéis comprobar vosotros mismos leyendo esta breve muestra. Aviso: no es un libro para cualquier estación ni para cualquier estado de ánimo. Hay que abrirlo con cuidado, a debida distancia, porque ya se encargará él de vencer nuestras resistencias desde el primer poema. Un libro, más que recomendable, necesario.


Traducción de Ulises o los heroicos buzos de piedra

El lenguaje yace en lo más hondo del océano, piedra eterna indiferente a las mareas. Lo miran las sirenas con sus profundos ojos, y lo pronuncian cosiéndolo en la boca de los hombres naufragados. Ellos luchan por hacerlo aire en su lengua, carne en su viaje. Pero la palabra siempre les alcanza, no la alcanzan ellos.

Toda lengua es un anzuelo. Todo anzuelo una pregunta. Las sirenas gritan con labios pétreos y tiran de la lengua de los hombres para que éstos digan su lenguaje bajo el agua.

Ellos, que no entienden nada, balbucean el único aire que les queda hasta ahogarse. Después, van regresando muertos poco a poco hasta la superficie donde flotan y son pasto de los peces.

Óscar Curieses

1 comentario:

Candil dijo...

¡Uf, qué largo!. Si me haces un resumen igual te leo.

Besos.