sábado, abril 18, 2009

hugo williams

La verdad es que nunca he prestado demasiada atención a Hugo Williams (1942), asociado al comienzo de su carrera al minimalismo narrativo del gran Ian Hamilton, y ahora una de las figuras de la escena literaria londinense, columnista habitual en el Times Literary Supplement (donde conduce, o conducía al menos hasta hace bien poco, una sección quincenal titulada «Freelance»), director de talleres literarios y autor de una docena de libros de poesía editados por Faber & Faber que encarnan a la perfección esa veta de empirismo irónico que procede de Larkin y que tanto gusta a ciertos lectores británicos. Este poema me divirtió mucho en su día y recuerdo que garabateé una rápida versión en el margen del número del TLS en que vio la luz, allá por el 2002 o el 2003. Un par de años más tarde descubrí el recorte en una vieja carpeta y le hice algunos ajustes, aunque el resultado nunca terminó de convencerme. El problema de traducir este tipo de piezas es que no se puede recurrir a ningún asidero formal: su atractivo es casi exclusivamente una cuestión de tono, una música conversacional que es difícil reproducir si no se tiene el oído entrenado para ello.

El poema, en cualquier caso, me sigue gustando por su sabia combinación de ironía y ternura, y también por su habilidad para captar esa dimensión infantil, voluble incluso, mezcla de indefensión y necio orgullo, que tiene toda relación amorosa.


Por favor ven tarde

Por favor ven tarde,
cuando casi haya renunciado a ti
y me dedique a examinar la sala
creyendo que todos son tú.
Por favor no vengas
hasta que no empiece a echarte de menos
y pensar que nunca te veré de nuevo,
rezando por que te hayas perdido.
Hazme sufrir,
que me pregunte qué estás haciendo
en el otro extremo de la ciudad,
con el camisón puesto.
Haz que implore misericordia
cada vez que eliges una revista.

¿Estás mirándote en el espejo,
recordando de repente que existo?
Ya voy por mi segundo café,
comiéndome los granos de azúcar de mi taza.
¿No has salido aún?
Me parece que no quiero verte después de todo.
La verdad es que no me gustas.
Prefiero estar solo.
Ya sé que todo ha acabado entre nosotros
pero sigo estando aquí,
leyendo el periódico
sin comprender una palabra.
Si ahora entraras aquí, no te reconocería.
Ni pienses en acercarte
hasta que no me haya vuelto un poco loco de amor por ti.


Trad. J.D.

9 comentarios:

moderrunner dijo...

Lo que llegamos a sufrir para no sufrir... Gracias, me ha encantado ese Hugo Williams.

Clarissa dijo...

Para los que chapurreamos el inglés, ¿no iría bien publicar el texto original? (No es para juzgar si la traducción está bien hecha, ¿eh?) Sólo para ver como suena el original... Creo que podría ser un valor añadido.

Esther Cabrales dijo...

La constante duda acerca del contagio del autor sobre el traductor.

Ayer supe que irá por el centro de poesía José Hierro de Getafe. Espero poder estar allí.

Anónimo dijo...

malos tiempos para la lírica...

Anónimo dijo...

malos tiempos para la lírica...

Jordi Doce dijo...

Lo tengo en cuenta, Clarissa. Gracias por el comentario. En realidad, no quiero escamotear nada, creo que si se da sólo la traducción hay más probabilidades de que el lector la reciba como un poema original, con la misma inocencia, esto es: el mismo beneficio de la duda. Pero lo tengo en cuenta, sí.

Estaré encantado de saludarte personalmente, Esther. Allí estaré, el jueves 7 de mayo, creo recordar.

Y me alegra que te haya gustado el williams, moderruner. No sé si son malos tiempos para la lírica, anónimo, pero con vuestra compañía resulta más fácil.

Un abrazo, J12

Antonio Rivero Taravillo dijo...

La traducción, del alto nivel al que nos tienes acostumbrado, Jordi. Ya estoy deseando hincarle el diente a ese Blake que anuncias. Entiendo a Clarissa, pero veo más sentido que en un blog (y más si no se tiene permiso escrito del autor para reproducir el original) lo que se publique sea la metamorfosis. Y, sí, Hugo Williams sigue con su columna "Freelance" en el TLS. En el número de esta semana se ocupa de las próximas poesías reunidas de Ian Hamilton. Un abrazo.

Jordi Doce dijo...

Mil gracias, Antonio. Eres muy generoso. Busco ahora mismo ese artículo de Williams--siempre me ha interesado mucho la poesía de Hamilton.

Un abrazo grande, j12

El Blake se hará esperar todavía un tiempo--entretanto ya colgaré algún ejemplo.

MHM dijo...

Magnífico poema! Gracias por compartirlo