viernes, diciembre 09, 2011

el prolífico


No deja de publicar, como si creyera que apilando un título tras otro ha de elevarse sobre sus contemporáneos, salvarse del diluvio. Pero cada nuevo libro no hace sino enterrar un poco más los anteriores.
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7 comentarios:

Antonio dijo...

Es bueno, buen apunte. Ya lo sabíamos, como diría el otro. Ciao ;-)

Carlos Medrano dijo...

Así es y se ve muchas veces desde lejos. Pero hay un criterio. Además de que conviene tener el favor de los dioses que no siempre es frecuente ni al alcance de todos los que lo pretenden, en el oficio hay quien se ha dedicado sobre todo a escribir y deja -mejor o peor- una obra, y hay quienes al escribir pretendían saciar una atención en lo humano para ellos rentable (el dinero, la fama, el ego) pero ajena e inútil al valor literario. Y entre un extremo y otro, ¡cómo ser puro!

Excelente y divertido apunte, caballero.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

vaya exergo, bueno para iniciar una revisión al sistema de producción de cultura masiva...

también es verdad, que algún autor soporta mejor que otros esa sobreabundancia o exceso de publicaciones (me vienen a la cabeza Riechmann, Panero y Eduardo Milán) sin que ello acabe de justificar siempre tan monumental eclosión de libros por temporada...

a mi me parece que en general, a los escribidores de hoy les sobra exposición, reiteración y servidumbres y les falta intensidad, artesanía y distancia.

poco de lo que se publica, realmente me dolería que se perdiera, y voy a mojarme con algunos libros de este año:

- Los sumergidos, de Miguel Ángel Curiel

- Es brizna, de Marcos Canteli

- La pecera subterránea, de Pilar Fraile

- Índice, de Benito del Pliego

- Siempre y cuando, de Antonio Méndez Rubio

- 28010, de Marta Agudo

- Tiento, de Rocío Ceron

- Filosofía de la minucia, de J. Jorge Sánchez

- Ritual, de Ernesto García

- Este mal, de Julia Castillo

Habrá más, tampoco yo puedo presumir de haber leído todo lo digno y sustancioso, pero si que puedo decir que habrá más de 150 novedades en poesía este año en España de libros prescindibles, entre libros premiados, de editoriales grandes, medianas y pequeñas y autoediciones. Mojarme ahora no es conveniente para mi salud, todos sabemos que después de Chuck Norris, los más pateadores del mundo son los letraheridos y vete a saber si de niño Chuck quiso recitar a Whitman o escribir con Stevens...

Jordi Doce dijo...

Bastante de acuerdo con esa lista, Colectivo. Permíteme añadir cuatro libros recientes que merecen estar en ella:

Nosotros, de Javier Arnaldo (Árdora)

La casa de Trostsky, de Cristián Gómez Olivares (La Isla de Siltolá)

El niño que bebió agua de brújula, de Julio Mas (Calambur)

Libro Segundo, de Luis Muñiz (Trea)


Búscalos. No te arrepentirás. Un abrazo, J12

Jordi Doce dijo...

Me olvidaba de "La adoración" de Juan Andrés García Román (DVD). Se está publicando estupenda poesía en España, por mucho que digan algunos resentidos...

Abrazo, J12

Víktor Gómez Valentinos dijo...

si, Jordi, he leído e incluyo por supuesto La casa de Trosky y El niño que bebió agua de brújula. Al bueno de Cristian Gómez lo tuvimos ya leyendo en Valencia hace poco y me regaló un ejemplar de su libro, y para primavera vendrá Julio a presentar su libro.

Los otros dos, ni idea. Así que gracias por el aviso. El lunes mismo los encargo, para refrescar mis lecturas. Es cierto que si sumanos los libros publicados en las Américas de habla hispana la cosa se complica y la emergencia de buenos poemarios es notable. A lo mejor no es del todo cierto que estos sean malos tiempos para la lírica, quizá lo que son es tiempos malos para desbrozar la hierba y desescombrar las ruinas hasta llegar a lo que nos rasca (pero que rasque donde pica, es menester).

Gracias,
Buen finde,

Vik

Víktor Gómez Valentinos dijo...

hale, con ese tercer libro cierro el cupo de encargos de la semana (qué ruina) tampoco conozco ni siquiera al autor, y es que en el espesor del presente, no tiene precio la referencia de un buen lector (animal escaso -que me perdone Pedro Montealegre, otro gran poeta, por la usurpación de su título en Ed. Idea-)
así que saldremos al encuentro de Juan Andrés García Román.

El panorama actual es mas heterogeneo, solvente e imprevisible que nunca, me parece a mi. Otra cosa es que la gestión industrial de la cultura masiva invisibilice, ningunee o contrarreste gran parte de la buena producción al regirse por el merchandising o posicionamiento estratégico de los productos en los puntos de venta así como por ciertas políticas de despolitización de la cultura que dan prioridad a ciertas prácticas literarias no conflictivas o previamente descafeinadas y absrobidas por un sistema mercantilista basado en la alta rotación de productos y su veloz obsolescencia programada. Eso que si es antipoético (que me perdone ahora el ínclito Parra) y sobre todo va contra la lectura y contra la genética del ser persona "lograda" con sensibilidad artística, conciencia y juicio crítico. Y cuando digo lograda, en realidad quiero decir lograndose, pues ese ejercicio tan propiamente humano del ser "consciente" es siempre incompleto, indelimitable, mutable en sus metas, en sus problemáticas y sus intentos de resolución. Pero, carajo, como leí hace poco en el diario anónimo de Valente, "quien no lee ni tan siquiera sabe que no es". Gran cuestión sería definir que es "leer" pues creo que ahí muchos estamos todavía (me incluyo sin falsa modestia ni impostura) en la enseñanaza primaria.

Me despido con una recomendación de este 2011, Años abisinios, de Eva Chinchilla.

":qué calida eres, pero qué hermosa y cálida eres cuando te atreves a la soledad del otro

Canta

He venido por enésima vez a fingir mi resureccion.
En este mundo pétreo
madie se alegrará con mi despertar."


Salud, Jordi y compañía.

Vik