jueves, marzo 01, 2012

julien gracq / capitulares





Dos tipos de escritores: los que se levantan por la mañana y se mueven o pasean descalzos (Diderot, Stendhal), y los que sin pensarlo se atan los lazos de su coturno en una especie de acto reflejo (Hugo, Claudel). Nos equivocaríamos al pensar que unos son más naturales que otros. Nuestra literatura no es más que un poblado colonial donde los pies desnudos y los zapatos de tacón se cruzan: a la larga, unos y otros dejan de verse. Y aun junto a la chimenea hay mucha gente que no soporta las zapatillas.



Psicoanálisis literario... crítica temática... metáforas obsesivas, etc. Qué decirles a esa gente que, creyendo estar en posesión de una llave, no dejan de disponer tu obra en forma de cerradura.



El comportamiento privado del lector cara a cara con el escritor: determinado por presentimientos, inducciones vagas y un tacto fisonómico tan sutil como el que te lleva a abordar a una mujer en la calle. Escritores célebres o poco célebres que «reciben cartas»; otros, igual de célebres o de poco célebres, que nada reciben.



Tabúes literarios: Toda época es testigo de un grupo de escritores -en ocasiones de segunda fila- a los que durante un tiempo nadie se atreve a atacar ni a criticar en medio de la universal malevolencia parisina, como si una armadura de arcángel los protegiera. Al verlos, lo primero es descubrirse, en confianza, como si estuviéramos en un entierro.
 .......Le sigue una primera picadura, y el olor de la sangre flota de repente sobre las aguas. Prevenidos no sabemos cómo, nubes de tiburones acuden desde el fondo del horizonte, y ninguno se despide sin antes haber obtenido su bocado: se despedaza.



¿Y ustedes me preguntan qué pienso de mis propios libros?  Cosas infinitamente mejores, e infinitamente peores, de las que ustedes piensan.



Gentes por lo demás delicadas y decentes, y que de seguro no soñarían jamás con abordar a un desconocido (que acaba de serles presentado) con la pregunta: «¿Qué, todavía enamorado?», se creen no obstante obligadas a decir desde el inicio, como si fuera un gesto de cortesía: «¿Y qué, tiene algún libro en curso?»



Están los libros buenos y los libros malos. Pero el escritor, que es también un lector, introduce una categoría como mínimo escabrosa: los libros que, si bien profesa admirar como todo el mundo (y no hay por qué dudar de su buena fe), no se perdonaría jamás haber escrito. A éstos se suman los libros –infinitamente más raros, sin duda– que no admira y que, sin embargo, piensa le honraría haber escrito. Categorías vergonzantes, casi epidérmicas, propias del escribano, que son al gusto un poco lo que el deseo al amor, y que desde luego no están hechas para simplificar las relaciones siempre volubles y en ocasiones crapulosas que el literato mantiene con la literatura.


Traducción de J. D.

Más sobre Julien Gracq, aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias de nuevo. Gracq no tiene desperdicio y es otro ejemplo de ese género o esa "literatura" marginal o "menor" que con el tiempo acaba por imponerse y sobresalir sobre la “importante”, oh.

A estas alturas, puede que uno no lea sus novelas (y debería). Pero no ha de perderse esa constelación de notas, reflexiones y apuntes que tienen para empezar el tono justo...

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Del mismo modo que de toda aquella ingente prosa de nuestro siglo XVI, lo que más nos llega y valoramos hoy son las Crónicas de Indias, al lado del “Lazarillo”...

César

Anónimo dijo...

No andaba falto de humor tampoco el caballero: "Al verlos, lo primero es descubrirse, en confianza, como si estuviéramos en un entierro." Tiene uno que reirse sin más.Otra lectura fructífera sería aquella que lleva a leer a críticos actuales con Gracq a la vera, indicando y haciendo correcciones, viendo venir sus guiños( los de Gracq) o diciendo "eh, cuidado que se te pasa esa,¿es que no la ves?", y en el instante sentir el debido coscorrón.Estos son los críticos necesarios, que valen.No sé si aplicarás algunas de estas en tu taller, Doce.A ver si un día nos cuentas algo de lo que seguís haciendo allí, nada, unas notitas sobre lo que hacéis y seguís discutiendo.Espero que vaya bien.(Mira que me cuesta encontrar( tampoco es que busque mucho, la verdad) blogs donde se trate la poesía y uno se lleve alguna perla o sustancia como en este.Siempre sale uno de aquí con alguna idea, una idea aliento que digo yo).Saludos, amigo.

Francisco