La
Academia Francesa no sirve para nada.
Su diccionario no tiene autoridad, su gramática está inconclusa. Por otro lado,
tampoco es que moleste a nadie. ¿Por qué tomarla con esta querida antigualla,
una de las curiosidades más folclóricas e inglesas que conservamos? No hay razón
para estar en contra de estos hombres
de muchas o pocas letras que se ciñen la espada y baten el tambor… basta, por
supuesto, con permanecer fuera. Del mismo modo que no hay por qué pertenecer a
los Horse Guards para divertirse con
el desfile del cambio de guardia de Buckingham Palace.
Julien
Gracq, Capitulares
1 comentario:
Después de varias visitas a Londres, el verano pasado vi por primera vez el cambio de guardia... De la academia francesa, no recuerdo gran cosa. Y del francés oficial, sólo recuerdo los dictados de Bernard Pivot.
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