Un poema que descubrí hace quince años en The Longman Anthology of Contemporary American Poetry, el mismo que me acercó originalmente la poesía de Charles Simic. Un libro ancho y grueso como un listín telefónico, con el Cañón del Colorado -un inmenso risco iluminado por el sol de poniente- cubriendo la portada, y que sobresalía con descaro inconfundible de su balda en la biblioteca de la Universidad de Sheffield. Como nadie lo reclamaba, tardé más de un curso en devolverlo. Llegó a convertirse en parte del mobiliario, y aún ahora ciertos poemas siguen asociados a la memoria fotográfica de sus páginas: una tipografía generosa, como de libro de texto, y fotos de los autores en un blanco y negro de inconfundible aire sesentero.
La verdad es que a Donald Justice (1925-2004) sólo le he leído en antologías. Eso sí, está en todas, y en todas se dice que es un poeta de rara perfección, de obra escueta y ajustada, que hizo de la brevedad y la reticencia principios de orden moral. Así en este breve y punzante poema, donde la alucinación se deja envolver hacia el final por los rayos oblicuos de la elegía. Leyéndolo, se comprenden los elogios que Simic le ha dedicado alguna vez.
Sobre la muerte de amigos en la niñez
No los veremos en el cielo con la barba poblada
ni bronceándose entre los calvos del infierno;
si acaso, al final de la tarde, en el patio desierto de la escuela,
componiendo un anillo o juntando sus manos
en juegos cuyos nombres se nos han olvidado.
Ven, memoria, ayúdame a encontrarlos en las sombras.
Trad. J.D.
El original, aquí.
En un manicomio de lunáticas
-
Joyce Carol Oates se ha mantenido en la cresta de la ola desde 1964 con una
una capacidad de trabajo impresionante. En algunas de sus obras, es fácil
re...
Hace 26 minutos
8 comentarios:
Muy buena traducción, creo que has hecho muy bien al acentuar el tono elegíaco del último verso. No conocía a este poeta, aunque sí que me suena su nombre de alguna antología.
He estado a punto de colgar una versión tuya de Yeats en la última entrada de mi blog, pero al final me he atrevido a hacerlo yo mismo...
saludos
Hola,
llegué a este blog hace mucho tiempo buscando
poesía de anne carson
i encontré audubon
después leí
la belleza del marido
y hombres
en sus horas libres
y ahora
volviendo a buscarla por internet
he encontrado otra vez este blog
i a usted
y me he dado cuenta
que usted hizo la traducción!
le enlazo a mi blog
por cierto,yo conozco a donald justice porque leí a john irving, que lo cita y varias veces a lo largo de hotel new h.
bueno
gracias
(por cierto, no sé si llamándose jordi, supongo que sabrá catalán, que es mi lengua,
hay alguna traducción de anne carson o de donald justice
en catalán?
:)
adéu!
Un poema muy hermoso... gracias por darlo a conocer y gracias por la traducción.
Jordi, gracias por compartir estas joyas. Es uno de los poemas más lindos que he leído en mi vida. Saludos.
Creo haberte contado, amigo Jordi, que sólo soy una abogada de provincias, que carece de los conocimientos necesarios para efectuar comentarios adecuados respecto a métricas, ritmos y tonos elegíacos.
Sí puedo decirte, que el poema es bello, y que sin dudas esa belleza se ha visto potenciada por tu estupenda traducción.
No sé bien por qué, pero enseguida me hizo recordar al enorme Yehuda Amijai y su poesía "Lluvia en el campo de batalla" (en cuanto recupere el libro, comparto contigo esos versos).
Como siempre, muchísimas gracias.
Gabriela.
LLUVIA EN EL CAMPO DE BATALLA
(En memoria de DICKY)
Llueve sobre las caras de mis amigos;
sobre las caras de mis amigos vivos,
los que cubren sus cabezas con una manta,
y sobre las caras de mis amigos muertos,
los que no se las cubren más.
(Yehuda Amijai)
Hola. Hace muchos años, en Argentina se editaba una revista literaria llamada Babel. Un escritor joven publicó una joyita de Donald Justice para compartir con los lectores. El titulo es "Poema".
es muy bello y aspero. Tiene un extraño tono a desencanto.
Me encontré con este inetersante blog cuando traté de buscar algo de su poesía. Ahora no me siento tan sola!.
Bellos poemas, el de Donal Justice y el de Jejuda Amijal, el primero lo conocia porque Irving lo recoge en Hotel N H. Y a pesar de ello cada vez que lo leo me llena el corazón. El de Amijal me ha sacudido y se ha grabado dentro de mi.impresionantes ambos, con unas pocas lineas decir tanto y conmover así. Gracias
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