miércoles, junio 03, 2009

bike


Sostenía con cuidado la cadena de la bicicleta, desenrollándola, haciéndola girar lentamente mientras la extendía sobre la acera. Era un movimiento como de faquir, como si quisiera dormir a una serpiente empujando su cabeza con la mano. Una serpiente que luego, al despertar, movería los pedales con su zigzagueo, girando sobre sí misma, tentando a su dueño con el placer de la ingravidez.

7 comentarios:

Óscar Santos Payán dijo...

Parece que todo vuelve a la normalidad y ya puedo entrar en tu blog y disfrutarte. Un abrazo y espero verte por la Feria alguno de estos días.

Jordi Doce dijo...

Bienhallado, Óscar. Me alegra mucho que todo esté volviendo a la normalidad. Si te acercas por la Feria, no dejes de avisarme. Allí estaré. Abrazo, J12

Francisco León dijo...

Este es uno de esos ejemplos claros de texto epifánico... Una imagen vista en la calle por casualidad, un momento de lucidez, otro de ceguera interior y, ¡boom!, poema. Eso es pensamiento imaginario... sí señor. (Saludos desde la isla de El Hierro, hermano.

Jordi Doce dijo...

mil gracias, paco. abrazote, J12

Nacho Abad dijo...

Me parece bellísimo!

Pablo Rodríguez Burón dijo...

Me encanta lo de "Perros en la playa", y la explicación del por qué. Un abrazo

Jordi Doce dijo...

Gracias, Nacho, Leo, gracias de corazón por estar ahí. Abrazo, J12