lunes, septiembre 21, 2009

cul-de-sac

Cada uno de los pasos que ha dado es perfectamente razonable, un modelo de equilibro y buen olfato. ¿Qué hace, pues, delante de este muro ciego, este callejón sin salida donde hasta el más ligero soplo despierta un eco atronador?

2 comentarios:

Ricardo Bada dijo...

Una de las impresiones más duraderas de mi vida (se remonta a 1956) es la de ir camino al cine, en Sevilla, donde estudiaba en la Universidad, y ver el letrero de una calle: AMISTAD. Esto es una ciudad, y no la mía, me dije. Pero luego miré y me di cuenta de que en Sevilla le habían dedicado a la amistad un callejón sin salida. Vale.

Jordi Doce dijo...

Estupenda la anécdota, Ricardo. Un abrazo, J12