Al final de la obra, y después de una larga ovación, alguien se levanta y comienza a lanzar terribles imprecaciones contra el primer actor. El público, perplejo y algo escandalizado, retoma sus aplausos a fin de acallar al entrometido. La noche siguiente, sin embargo, un par de acomodadores notan extraños huecos y ausencias en las filas a su cargo. Tres o cuatro noches más tarde hay ya calvas visibles en el auditorio y los actores titubean, presos del nerviosismo. El hombre está marcado. Al final de la semana, no tendrá siquiera la categoría suficiente para que sea el productor quien le comunique su despido.
3 comentarios:
Este texto me suena... por alguna razón, creo que este es una tema que te obsesiona. Quizá deberías profundizar un poco más, explicar en que consiste el estigma y porque repites esta escena una y otra vez.
ser y/o no ser.
Me lo haré mirar, Clarissa, te lo prometo... Gracias por estar ahí. Saludos, J12
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