Mientras mi padre agoniza.
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Mozart: *Lacrimosa*
*El cuerpo luminoso*
*¿Cómo llegaré a ti, cadáver mío?*
*¿Con qué palabras puedo despertarte*
*o con qué dulce música acunarte*
*par...
Hace 7 horas


2 comentarios:
Sorprende la capacidad de algunas mujeres para ser felices. Es la costumbre de cuidar al otro: al hijo, al marido, al nieto, al perro, a la figura de porcelana recuerdo del vernaneo, a la casa. Vivir para otros.
Precioso texto.
Un saludo.
Sí, vidas volcadas en los demás, cierta inconsciencia y a la vez cierto dolor asociado a esa entrega... Gracias, Olga. Saludos; J12
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