martes, diciembre 30, 2008

unas líneas de auden

[...] Es difícil concebir una sociedad abundante que no sea una sociedad organizada para el consumo. El peligro en una sociedad así es el de no distinguir entre aquellos bienes que, como la comida, pueden consumirse y hacerse a un lado o, como la ropa y los automóviles, descartarse y reemplazarse por otros más nuevos, y los bienes espirituales como las obras de arte que sólo alimentan cuando no se consumen.

En una sociedad opulenta como Estados Unidos, las regalías dejan bien claro al poeta que la poesía no es popular entre los lectores. Para cualquiera que trabaje en este medio, creo que esto debería ser más un motivo de orgullo que de vergüenza. El público lector ha aprendido a consumir incluso la mejor narrativa como si fuera sopa. Ha aprendido a mal emplear incluso la mejor música, al usarla de fondo para el estudio o la conversación. Los ejecutivos empresariales pueden comprar buenos cuadros y colgarlos en sus paredes como trofeos de estatus. Los turistas pueden «hacer» la gran arquitectura en un tour guiado de una hora. Pero gracias a Dios la poesía aún es difícil de digerir para el público; todavía tiene que ser «leída», esto es, hay que llegar a ella por un encuentro personal, o ignorarla. Por penoso que sea tener un puñado de lectores, por lo menos el poeta sabe algo sobre ellos: que tienen una relación personal con su obra. Y esto es más de lo que cualquier novelista de bestsellers podría reclamar para sí.


El ensayo entero, aquí.

9 comentarios:

Abdul Alhazred dijo...

Muy interesante. Cuarenta años después, creo que tiene la misma o más validez si cabe.

Feliz entrada de año, J12.

J.

Marisa Peña dijo...

Excelente reflexión para despedir el año. Pasaba para agradecerte tu buena literatura y desarte que muchas y maravillosas palabras te acompañen en este nuevo año. "Que la suerte sea contigo" Un abrazo.

Cassioppeaboreal dijo...

ACERCA DE UN BREVE POEMA QUE LO HIZO INMORTAL (L.R. Nogueras)

I only wrote it for you and me
Billy Preston.

En el sencillo lenguaje de la vida
él escribió un breve poema dedicado a tus ojos.
Ninguno de sus versos sobresaltaba por lo audaz;
no tenía giros deslumbrantes,
ni ideas originales,
ni artificiosos en-
cabalgamientos.
Era, más bien, un poema levemente chapado
a la antigua,
compuesto sólo para que tú lo leyeras,
con esos benditos ojos oscuros que provocan
estremecimientos,
y sobre los cuales, justamente, él hablaba en sus versos.

Pero un amigo le aseguró que había pasado por
alto
la intensidad y la altura;
que no había tenido en cuenta
la función denotativa de las metáforas
y, citando a Píndaro, le hizo valiosas sugerencias
para mejorar el final.
Otro descubrió confusión y redundancia
y hasta insinuó (con tacto, es cierto)
que el isomorfismo de algunos pasajes
era francamente de mal gusto,
y, citando a Petrarca, le hizo modificar varias
estrofas.
Otro más, blandiendo a Poe, se refirió al notorio desbalance entre forma y contenido,
y le indujo a transferir el género a la especie
(y viceversa).
No faltó quien le recordara
las opiniones de Platón sobre los poetas,
ni tampoco quien le exigiera, citando a Péret,
imágenes de un cierto sabor entre dadaísta y
automático,
pero con un toque sutil de angustia pascaliana
ante la infinitud helada y silenciosa del Universo.

Y él cortó, cambió, agregó, modificó, suprimió,
depuró, rimó, midió,
persiguiendo quedar bien con aquellos amigos
y con las ilustres autoridades que habían
esgrimido;
pero también
con los que habían hecho mención
de Pound,
Pope,
Prudencio,
Proust
y el abate Prévost.
(El no tuvo en cuenta, es justo reconocerlo, a quienes habían citado a Pemán, Pereda y Pérez de Ayala. Los dioses lo perdonen)
Por fin, la historia conocida:
El poema apareció en revistas y florilegios,
en periódicos y antologías.
Fue traducido a todos los idiomas
y por él recibió medallas, abrazos, distinciones.
Fueron pasando los años
y cultos profesores alemanes le dedicaron
voluminosos estudios al poeta.
Finalmente, alguien murmuró, en tono
circunspecto,
que ya era hora de que
se le otorgara ese premio sueco.
¡Y fue complacido!

Sí; parece que, después de todo,
resultó ser un gran poema.
Pero me consta que no era ya más
los claros y sencillos versos dedicados a tus ojos,
escritos en el lenguaje de la vida
para que sólo tus bellos y oscuros ojos lo leyeran.
No era ya su poema.



De esto es de lo que estamos hablando, verdad?
Gracias por el texto de Auden.
Cuando estimes que mis afanes de entregar poesía a quienes creo que saben apreciarla resultan excesivos, y que buena hora sería que me arme mi propio blog, no dudes en decírmelo.
Tan sólo soy una abogada argentina (cordobesa), que entre juicio y proceso, encuentra irreprimible su deseo de transcribir -y así disfrutar otra vez- un poema.
Gabriela.

Jordi Doce dijo...

Gracias a los tres y, sobre todo, muy feliz año. Que el 2009 nos sea muy favorable (gracias, Marisa, por tus buenos deseos). Y Gabriela, si pones un blog sin duda te enlazaré desde el mío. Entretanto, muchas gracias por el poema, ya me estoy poniendo al día con Nogueras. He copiado el poema para poder leerlo impreso, ya te contaré. Disfrutad del último día del año y del primero del que viene. Abrazos.

Anónimo dijo...

Hola Jordi.
Muy propicio -opiní- último post para este 2008 -lo he leído como una vuelta de tuerca deseable, y luego me he dicho: equivocadamente- (aunque, vista la caña que le metes, puede ser que sea el penul o el antepenul).

Feliz lo que venga y lo que vino, que sí que habrá ocasión de brindar por otras nuevas, y hasta por las viejas -que son muy riquiñas-.

(Gracias a tu espacio descubro a mucha gente poeta, aunque sea para leer en la red.)

J.Luis Gómez Toré dijo...

Me han encantado los textos de Auden y también los de Canetti y los de Yeats (éste último ya lo había leído pero te agradezco la oportunidad de releerlo).
Feliz año.

Jordi Doce dijo...

Gracias, José Luis y Alberto, y muy feliz años a todos. Hoy he tenido problemas para entrar en los blogs de todo el mundo, me alegra que por fin se hayan despejado. Que el 2009 sea leve y a la vez intenso. J12

ring dijo...

Buenas noches, escribo desde Costa Rica, he buscado en vano aunque sea un trozo de Cartas desde Islandia de Auden, y he llegado a este blog cargado de bella literatura...os saludo, mi correo es gabrielteoria@gmail.com por si me quereis responder...Saludos del 2010.

José Pedro Lapeña dijo...

No he encontrado, que yo también lo busco, Cartas desde Islandia.
Tampoco Hombre doble ni La edad de la ansiedad.
Pero sí este largo poema de Auden, "Poesía y verdad, un poema no escrito", que por número de carácteres no me permite reproducir íntegramante.

Así que dejo aquí la dirección donde lo encontré

http://www.letrasdechile.cl/mambo/index.php?option=com_content&task=view&id=32&Itemid=43
al
ñen