Aquella pareja que paseaba con su perro por la avenida del parque. Por su forma de caminar, la inclinación silenciosa de los hombros y la cabeza, había como una grieta entre ellos, una fisura antigua; parecían separados en todo menos por su perro, que hacía de bisagra con sus andares responsables, mirando alternativamente a un lado y otro, olisqueando a conciencia setos y parterres y obligando a sus dueños a caminar juntos, casi acompasados. Su dignidad era deliberada, sabía perfectamente lo que estaba en juego, como un niño que con sus llamadas de atención trata de borrar la sombra en los ojos de sus padres. Otra forma, tal vez, de ser un buen perro lazarillo.
4 comentarios:
(preciosapoeticaypoesia,yahallegado!)
me alegra mucho, luna. hoy ya no nieva.
En primer lugar decirte que ha sido un honor tu visita. El prólogo de Luna hermoso, lleno de palabras medidas como por un relojero. Como siempre un placer. un abrazo
Gracias, Óscar, ha sido bonito poder acompañarla en esta aventura. Ánimo con tu documental, ya nos dirás cuánto está listo. Abrazo.
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