– ¿Estás cansado?
– Vuelve a preguntar.
– Te cansa.
– Menos que tu silencio.
– ¿Calculas?
– A veces.
– ¿Qué, por ejemplo?
– Tu resistencia.
– ¿Anotas?
– Sí.
– ¿Lo que digo?
– Al margen.
– ¿Duermes?
– A veces me gustaría.
– Pero te veo dormir.
– Es que me duermen.
– Mira mis ojos.
– Los conozco.
– ¿Seguro?
– Seguro de que me huyen.
– ¿Es todo?
– Sí.
– ¿No hay más que decir?
– Otro tanto.
– ¿Sales?
– No.
– ¿Partes?
– Creo.
– ¿Lejos?
– Sí.
– ¿Contento?
– Adiós.
– La amistad.
– Hace falta.
– ¿Toda?
– Mira el agua.
– ¡Qué historia!
– ¿Cuál?
– La nuestra.
– ¿Es una historia?
– Y mientras, el mar.
– ¿Qué?
– Sigue.
– Como si nada.
– Abre, abrid.
– No.
– Abramos.
– Sí.
Trad. J.D.
7 comentarios:
Me gustan
J'aime aussi les dialogues y la foto.
A ver si alguna vez te hago un retrato.
Aquí a lo mejor no se nota, pero estaba empapado por la lluvia.
Los poemas de Guillevic: los encontré hace casi quince años, en la biblioteca de la Universidad de Sheffield, en un libro con las páginas aun por cortar. Nadie lo había abierto, nadie lo había leído aún. No tenía ningún sello estampado en la portadilla.
El impacto de la poesía...
Bonita historia, pues.
Vas a publicarlos?
Son como espejos.
Se publicaron ya, hace ocho o nueve años, en una plaquette de Nómadas, una colección que llevábamos en Asturias Jaime Priede, Marcos Canteli y otros amigos. Colgarlos en el blog es una manera de prolongar su vida.
ah! hace nueve yo jugaba con las bratz!
larga vida a Guillevic y al blog!
Y bien que hacías...
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